miércoles, 24 de diciembre de 2014

veinticinco y contando.

Era de esas siluetas que siempre se desvanecían,
que por más que quisieras tocarle...
más rápido se evaporaba.

A veces se dejaba rozar,
susurraba palabras bonitas 
y también me invitaba a bailar.

Recuerdo que perdido estaba,
ni él sabía bien lo que en realidad buscaba...

Ilusa yo por querer orientarle,
pero cómo no estar tan tentada...
con aquel diamante que aparentaba ser bruto.

Daba alusión de decir las cosas claras,
tal vez yo no quería entender...

Hay noches que le tengo,
otras que sólo le recuerdo
-todas, en realidad-

Yo solo quería abrazarle
y tal vez, solo si se podía...
Regresarle ese punto de luz a su mirada.




Era un desorden hermoso... 

es un caos hermoso.

lunes, 22 de diciembre de 2014

crac.

¿Cuantas veces se tiene que quebrar una persona para romperse por completo?

-se preguntaba todas las noches antes de morir-

sábado, 13 de diciembre de 2014

Él si estaba loco,
era uno de esos que aun me besaba con los ojos cerrados,
cómo si confiara mucho en mi, lo suficiente cómo para saber que no lo rompería.
Cedía muy poco, 
decía muchas incoherencias...
de esas que te hacen pensarte más el mundo y tomártelo más a pecho y de manera ejecutiva.

Le gustaban mis ojos,
recuerdo que una vez le obligue a verlos
hasta caer,
resbalar,
y que bien se sintió....

Era de esos que te llamaban en las madrugadas más oscuras,
sólo por mero impulso o con efectos de los psicotrópicos.
Yo lo escuchaba, adormilada, 
casi siempre decía lo mismo.

Nunca supe que realmente que imaginaba,
si al menos me pensaba...

Era seco, de pocas palabras,
escasos roces,
el tipo de persona que a los afectivos
-como yo-
nunca les gustaría

Era de esos que te dan abrazos cortos, sin ganas;
de esos que la mejor forma de conocerlos,
era no sólo imaginando su piel desnuda, 
sino teniéndola,
descubriendola.

Cómo amaba su silueta delgada,
y lo que pasaba cuando a su pelvis llegaba.