No decaigas princesa,
aunque el destino te asfixie y en temporadas te trate cómo toda una plebeya.
No decaigas princesa cuando la rutina te ataque, los insultos, gritos y malas vibras de terceros te destrocen y los encierros de silencio te abrumen.
No desesperes mi princesa cuando la soledad vuelva a aprisionar tu mente y la desesperación se apodere y te conlleve desear la muerte.
No estés triste mi princesa, yo cuidaré de ti y te prestaré mi hombro, prenderé una lucesita que te acompañe las noches frías... turbulentas y te ayude a sentirte menos sola cuando los monstruos decidan atacarte.
Sígueme deslumbrando con aquella sonrisa, aquel porte y esa simpatía que tanto te caracteriza princesa, te ama mucho... Tu nena Marledis.
te amo.
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